Trasfondos de Aljucer
Buscando...
jueves, 30 de enero de 2014

La silente y sinuosa Acequia Mayor Alquibla (o de Barreras)

Trasfondo nº 3

Acequia Mayor de Barreras (C/ de la Cruz)


Esta vez nos vamos a fijar en una obra sin igual que atraviesa nuestro pueblo, la Acequia Mayor de Alquibla o Barreras. 

La historia de Aljucer no se puede entender sin la existencia de este cauce. Nace en el Azud de la Contraparada, a la altura de Javalí Nuevo, en el noroeste de la Huerta. Riega toda la zona suroeste de la Huerta de Murcia. 

Uno de los puntos clave de esta acequia es Aljucer. Esta acequia, denominada mayor en base a sus características, reparte sus aguas en otros cauces, llamados acequias menores, en las inmediaciones de nuestro pueblo. 

Aguas arriba de nuestra pedanía nacen dos acequias, antes del conocido Partidor de Rincón de Merino. Se trata de la acequia Albadel y la acequia Alcatel o del Batán. Aguas abajo del Partidor Nuevo nace una acequia que podríamos denominar aljucereña, pues toma sus aguas y las devuelve de la acequia mayor en las inmediaciones de Aljucer. Se trata de la acequia del Gabaldón. A la altura del conocido Molino de Oliver, encontramos la toma de la acequia Alquibla Madre, que, aguas abajo, se bifurca en tres canales en su recorrido por el sur de la huerta. A la altura de la morera centenaria se haya la toma de la acequia Aljorabia. En el cruce entre calle Vereda y calle Escultor Roque López, encontramos el primer tramo de la acequia de Alguazas, que ahora está cimbrado y que podemos admirar, con unos olmos bien bonicos, en paralelo a la calle Vereda. Por último, a la altura del Puente de la Torre de los Tudela, nace otra acequia llamada de La Herrera

En total, en unos pocos kilómetros, toman sus aguas de la acequia mayor, 7 acequias. 

Es este nudo de distribución de cauces lo que ha marcado la historia de Aljucer y su existencia desde la época musulmana. 

Por tanto, la situación de este pueblo permite el aprovechamiento del agua y del relieve del terreno por medio de estas inigualables obras de ingeniería de larga presencia y tradición en este lugar. 

Volvamos a la acequia mayor. En silencio, con suavidad, sinuosa, atraviesa Aljucer. Durante muchos siglos la población y la acequia han convivido, adaptándose una a la otra, en simbiosis.

Esta peculiar simbiosis la podemos apreciar en la foto de Ricardo. Una foto que retrata este respeto secular entre los aljucereños y la acequia. Las casas se asoman a la acequia, pero no la invaden. Quizás ésta es la mayor fuerza de esta imagen, la posibilidad que se nos ofrece de seguir conviviendo con esta obra, sin necesidad de hacerla desaparecer bajo el hormigón y toneladas de tierra. 

Además, nos ofrece un paisaje único que es posible conservar, como podemos ver en la foto, aunque no sepamos valorarlo. 

Otro de los elementos que hay que tener en cuenta son los puentes. Esta foto está hecha sobre un puente, en la calle de la Cruz. Para cruzar esta acequia y otras de las que hemos nombrado, al menos, en las inmediaciones de Aljucer contamos con 3 puentes. Puentes modernos o antiguos que están aunque no sean fáciles de ver y que han dejado huella en los topónimos del pueblo, (¿A quién no le suena el Puente de Beniaján?). Tal vez los puentes fueron los que dieron nombre, en época musulmana, a este lugar llamado Aljucer. Pero ésto lo contaremos en otro momento. 

Por otro lado, justo un poco más adelante, aguas abajo, aunque no se ve en la foto, si nos acercamos, dando un paseo, podemos contemplar la cola de la acequia del Gabaldón, tramo de este tipo de construcciones que no es fácil ver en un entorno urbanizado y del que nosotros podemos disfrutar sin mucho esfuerzo ni trabajo y de un simple vistazo. 

En fin, un rincón de Aljucer, en el que quizás no te habías fijado, pero que es símbolo de lo que supone la acequia en el pueblo y para el pueblo. Y de lo que ha supuesto en la historia de este lugar. 

Todo lo relacionado con su conservación o descuido, cuidado o abandono también forma parte de nuestra cultura y nuestra forma de vernos a nosotros mismos y de relacionarnos con nuestro entorno. 

Si esta foto es capaz de hacerte fijarte, por un momento, en la presencia de este viejo cauce, el objetivo estará conseguido. 

Gracias. 

Ginés Marín Iniesta



 
Back to top!