Trasfondos de Aljucer
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lunes, 16 de junio de 2014

Devociones huertanas en la ermita de Torre Poyo

Trasfondo n º 26

Vista general desde el coro de la Ermita de Torre Poyo (Aljucer)

Hace unas semanas que os propusimos un trasfondo sobre la Ermita de la Torre Poyo, en la que partíamos de una foto del exterior del edificio. Hoy queremos mostraros el interior. 

Esta foto que Ricardo ha disparado desde el coro, nos muestra lo coqueta que es esta pequeña ermita. De hecho, una de las características de la ermita es que conserva un coro, pese a sus reducidas dimensiones.

Esta vez nos centraremos en las devociones más comunes en la huerta que se reúnen en este pequeño templo, que han marcado la zona y que son fruto de la historia del lugar. Por tanto, partiendo de una foto de una iglesia, queremos ir más allá y entender el motivo de que ermita sea de esta forma y no de otra.

Sin duda, y por tercera vez, y las que haga falta, vamos a dedicar este trasfondo a Antonio Serrano Palazón, quien cuidó con mucho cariño la ermita, y a los vecinos de la Torre Poyo, que custodian esta joyica.

Algunas de las devociones vienen dadas del propio mensaje del Evangelio y dirigidas a Jesucristo y a la Virgen María, otras a santos cuyo cariño en la gente han ido trasmitiendo diversas órdenes religiosas a través de sus predicaciones.

En el caso de Jesucristo, encontramos un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y dos Cristos Crucificados.

Dedicado a la Virgen María encontramos una talla de la Inmaculada Concepción, unas pinturas con la Anunciación y los Desposorios de la Virgen, un cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro, un busto de la Virgen de los Dolores, una imagen de la Virgen del Rosario, otra de la Virgen del Carmen y otra de la Virgen de Lourdes.

En cuanto a los santos, encontramos una imagen de San Miguel, una imagen de San Francisco y una imagen de San Roque.

Sin duda, hay una intensa devoción mariana en la Huerta que se puede intuir en base a lo que vemos en la ermita.

Si hay que hablar de alguna influencia predominante en este templo y en esta zona, es la de los franciscanos, cuyo arraigo y presencia se percibe a través de las múltiples devociones que encontramos:

- Inmaculada Concepción: Esta advocación de la virgen, que define un dogma de la Iglesia Católica, sobre la pureza sin pecado desde su misma concepción, es la de mayor seguimiento y difusión de la Orden Franciscana desde el siglo XIII. De hecho, es la patrona. Casualmente es patrona de la Torre Poyo y titular, junto a San Roque, de la ermita. Su devoción se organizó en una agrupación femenina, las Hijas de María, de amplio seguimiento durante la primera parte del siglo XX.

- San Roque: Es el patrón de la ermita. Es un santo francés del siglo XIII que pertenecía a la Orden Tercera Franciscana, orden que también tuvo presencia en la Torre Poyo. Además, San Roque es el protector ante las epidemias y las enfermedades infecciosas, por lo que la devoción en la Edad Media y Moderna era usual, debido a las distintas enfermedades que sufría la población. Quizás esta devoción es la que más haya caído en desuso o cuyo recuerdo más se ha oscurecido.

- San Antonio de Padua: Este santo, que ni se llamaba Antonio ni era italiano, (se llamaba Fernando y era portugués), es uno de los santos con más devoción entre la gente de la huerta. Su relación con la búsqueda de novio es bien conocida por todos, además de la popular canción de San Antonio y los pajarillos. También en la Torre Poyo se organizó su devoción con un grupo llamado Juventud Antoniana.

Una pequeña imagen, en una urna, de San Francisco de Asís viene a reforzar la enorme presencia franciscana en la ermita y, por extensión, en la zona.

Esta gran influencia franciscana en la ermita viene dada por la estrecha relación entre este lugar y los franciscanos del Convento de Santa Catalina del Monte. Sin duda, éstos influían en la extensión y desarrollo de estas devociones. Por tanto, a tener en cuenta, la influencia franciscana en la zona sur de la Huerta de Murcia manifestada en forma de devoción en los diversos pueblos de la zona.

De obligada presencia en la ermita es la Virgen de los Dolores, patrona de Aljucer, y a cuya parroquia pertenece esta ermita. Como de la devoción a la Virgen de los Dolores en Aljucer ya hablamos, os dejemos un enlace al correspondiente trasfondo.

Dos de las devociones más extendidas a lo largo y ancho de la Huerta de Murcia son la de la Virgen del Carmen y la de la Virgen del Rosario. No vamos a entrar de lleno en ellas en este trasfondo pero os queremos referir algo sobre ellas:

- Virgen del Carmen: Derivado de su culto, propagado sobre todo por los carmelitas, eran muy habituales las Cofradía de Ánimas y el culto a las ánimas del Purgatorio en la zona de la huerta. De hecho, en Aljucer existía una Cofradía de Ánimas con gran presencia. La influencia carmelita es evidente, un convento en la ciudad de Murcia, en la zona sur de la ciudad de esta orden. ¿A quién no le suena el Convento del Carmen? ¿Y el Barrio del Carmen?

- Virgen del Rosario: Otro de los ejemplos de divulgación de un culto por una orden religiosa, en este caso, los dominicos. Su presencia en Murcia desde muy temprano, casi remontándose al siglo XIII, en el Convento de Santo Domingo, hicieron suscitar cofradías del Rosario por toda la huerta. De hecho, en Aljucer, ya en el siglo XVIII, hay documentada la existencia de una de estas cofradías y con una gran devoción. Por ello, es ineludible la referencia a su presencia en la ermita, inexcusable.

Como hemos enumerado al principio, hay muchas más devociones que merece la pena abordar, pero hoy sólo queríamos hacer referencia a aquellas que son las más antiguas y las más conocidas.

Aún así profundizaremos más adelante, pues estas devociones han tenido más repercusiones de las que aquí reseñamos.

También hay detalles de la ermita que dan para algunos trasfondos.

Hoy sólo queríamos enseñaros esta pequeña joya y, mediante ella, reflexionar sobre cuánto tiene que ver la historia del lugar y el poder de algunos grupos, en la concreción de un espacio común como es esta ermita, en la que se recoge, de forma física, devociones, tradiciones, ritos y relaciones de poder.

Es nuestra forma de acercarnos, progresivamente y cada vez con más detalle, con vosotros, a este pequeño espacio patrimonio aljucereño, la Ermita de la Torre Poyo, en Aljucer.

¡Gracias!

Ginés Marín Iniesta 
 
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